las casas pasivas son viviendas con bajo consumo de energía


Tras la asunción por parte de los gobiernos europeos del informe económico Stern es evidente la necesidad de tomar medidas urgentes en relación con el cambio climático. Una de ellas debería ser en el sector de la construcción (con la construcción hemos topado).

Es necesario imponer medidas estrictas en la eficiencia energética en todas las reformas de viviendas, obligar a los propietarios a que sus propiedades sean eficientes energéticamente, según unos estándares establecidos para poder alquilarlas, y asegurar que todos los edificios nuevos se construyan siguiendo diseños para que sean sostenibles ecológicamente.

Entre las diferentes soluciones que se están gestando para este último punto, la que toma la delantera es la llamada casa pasiva, en especial el estándar alemán Passivhaus.

Existen otros estándares, como el suizo MINERGIE o el CasaClima , de la provincia italiana de Bolzano-Alto Adagio.

Parece que en español se va a quedar con ese nombre, casa pasiva , ya que es el que se está utilizando por la UE , ultimo promotor de la idea.

Las casas pasivas son viviendas con bajo consumo de energía. Mantienen condiciones interiores de confort sin necesidad de sistemas convencionales de calefacción. El calor que desprenden las personas (100W), electrodomésticos, aporte solar, etc. es suficiente en teoría.

Para cumplir con el actual Estándar Passive House, las viviendas incorporan cuatro principios generales, que brevemente son:

1. Cerramientos altamente aislados
2. Eliminación de puentes térmicos
3. Infiltraciones muy reducidas
4. Recuperadores de calor para el aire extraído de la vivienda

La característica esencial es que la demanda anual del edificio en la zona acondicionada para calefacción no sea superior a 15 kWh/(m²a). De esta forma, las casas pasivas consumen un 85 % menos de energía en calefacción que las viviendas construidas siguiendo la vigente normativa alemana de edificación. (Si funcionan en Alemania tienen que funcionar aquí, que hace menos frío).

En Europa ya más de 5.000 casas pasivas han sido construidas con éxito.


Son casas que salen más caras (sobre un 5-10%), pero se supone que existe amortización teniendo en cuenta que se pagarán unas facturas de electricidad y calefacción ridículas para lo que estamos acostumbrados.

La mayor parte de casas pasivas están situadas en Austria, Alemania, norte de Francia, Suecia y Suiza. Hay algunas viviendas que responden al Estándar Passive House en el norte de Italia, pero éstas están principalmente en la región montañosa de Alto Adigio-Trentino, que sigue teniendo carga de calefacción dominante.

Las casas del sur de Europa hacen casi más gasto por refrigeración en verano que por calefacción, por lo que la idea es adaptar el diseño a esa necesidad. El problema es controlar el posible sobrecalentamiento y, en la práctica, que actualmente hay una falta de disponibilidad de materiales y contratistas especializados.

Y ahora, visto lo visto, y conociendo la urgencia de la toma de medidas para ralentizar el cambio climático, ¿qué hacemos que no se paran los proyectos de casas por construir (todavía cientos de miles en toda España) y se adaptan a estos nuevos diseños? No digo las que ya estén en construcción, sino los proyectos. ¿Qué hace el gobierno español que no impone un estándar sostenible (el que sea, -quede claro que el estándar debe ser propio de cada país, que no es lo mismo Córdoba que Helsinki-)? ¿O estamos esperando a que en Bruselas decidan la obligatoriedad para luego remolonear en su aplicación, como siempre?

El Ministerio de la vivienda flaquea, flaquea… Están “estudiando” para “preparar” un Plan Nacional de edificación sostenible. ¿Para cuándo? ¿Y lo que se está construyendo ya, que es lo más grande?

Debería estar funcionando ya, y trabajando a marchas forzadas, una Comisión de arquitectos e ingenieros debatiendo sobre el estándar más adecuado para el clima de España.

Con la construcción hemos topado. No hay que olvidar que esto encarece la fase de construcción de las viviendas y que las hipotecas están cada día más altas. Quizá ya no sería tan buen negocio ése que es el motor de la economía española y quizá los arquitectos e ingenieros no están tan interesados en morder la mano que les da de comer.





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